domingo, diciembre 24, 2006

árbol de luz azul


…recordarán los lustros que sucedió una mañana de invierno

…playa de arena en piedra …y una niña de contorno moreno y andar etéreo …cuando hubo recorrido mil pasos se detuvo por la presencia de una botella de cristal cubierta por lazos de algas que el mar había envuelto para regalo …se arrodillo frente a ella dejando que la espuma de las olas la vistieran con falda de gasa …deshizo los lazos con parsimonia y adivinó letras blancas escritas sobre un papel negro …teniendo las hojas entre sus manos cerró los ojos y dejó que el océano le relatara su contenido:

“…en las lejanas tierras del Japón, lugar en el que fue arrojada esta botella, nace un árbol de luz azul y frutos negros

…del lugar concreto en el que se ubica nadie sabe con certeza su paradero …algunos dicen que crece cien metros mar adentro …otros que lo han visto en lagunas vaporosas entre montañas …y hay quien sugiere que tan solo aparece en noches de luna llena en bosques cubiertos de nieve …en todas las historias coincide la presencia del agua en alguno de sus tres estados …sea como fuere pocos han sido aquellos que lo han contemplado …yo fui uno de ellos y comparto mi experiencia en este buque naufragado de cristal

…en un largo viaje a mi interior mi ímpetu me llevó hasta él …en otra mañana de invierno similar a ésta …había caminado no se cuantos kilómetros de no se tantas vidas …y mientras descansaba en una de las esquinas de una ciudad de invisibilidad blanca, al alzar la vista al cielo, observé de cerca sus ramas teñidas de nieve de cuyos extremos emanaba una delicada luz azul que pretendía acariciarme …calles de nieve …aceras de nieve …fachadas de nieve …rostros de nieve …que contrastaban con los 5 frutos negros que se suspendían en aquel blanco amanecer …llevaba días sin alimentarme y no me resistí al deseo de saciar mi espíritu …el primero contenía melodías punteadas por gotas de pulpa …mientras me acompañaba aquella delicada música descubrí en la piel del segundo fruto una caricia de la misma textura que la seda …en el tercero mis manos se bañaron de un sutil aroma que detuvo el tiempo por espacio de un vacío …con el cuarto se lleno mi boca con sabores placenteramente agridulces …y con el último mi mirada recordó imágenes de un pasado mágico

…antes de dar por concluido el viaje y regresar a casa guardé en una cajita de madera los cinco frutos que me habían conectado con mi realidad y un pequeño brote de aquel árbol que encontré junto a mis pies

…llevo en mi equipaje las esencias de mi mundo …algún día las enviaré en un embalaje blanco con destinatario escrito con letras blancas sobre etiqueta negra”
...y la niña abrió los ojos y en las rocas donde solo llega la marea alta descubrió con su mirada un paquete blanco con una etiqueta negra y su nombre escrito con blancas letras
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