miércoles, marzo 14, 2007

...tu cuento impedido


…quedan 13 minutos

…aire de tarde de arena blanca en el cielo y niños que se apresuran a esconderse dejando un andén maduro …ya no quedan hojas por barrer ni polvo que mojar …las paradas se agotan hasta la madrugada …y los maquinistas desean su pronta vuelta a casa …ese instante es mi momento …en el que el cansancio del día me alimenta …en el que la mirada es horizontal y lejana …en el que los pasos preceden al deslizamiento …y un asiento me espera …llevo un cuaderno de palabras …y fotografías almacenadas en el alma

…al salir de la estación siento equivocado mi destino …pero avanzo …un desierto de vacío me da la bienvenida …y un zapato de mujer me hace de guía …ya hace tres minutos que se ha ido …tal vez en el mismo tren que me ha traído …”pasaré la noche a tu lado”, le comuniqué como si me entendiera …y esperaré a tu horma hasta el amanecer

…me despertó un temblor mientras soñaba, tumbado en el único banco que no llevaba nombres tatuados por navajas …era el primer tren de la mañana que venía con la misma luz del atardecer …al detenerse, el tiempo volvió a enmudecer, hasta que descendió del vagón número 14 la única pasajera matutina …descalza …en una mano un zapato igual al que yo llevaba en la mía …en la otra globos multicolores llenos de helio, que formaban un zoológico de matices, e impedían que sus pies tocaran el suelo, manteniéndola suspendida a pocos centímetros del que yo pisaba …se dirigió a mí, preguntándome si la acompañaría en su viaje a ninguna parte …y obtuvo por respuesta un hombre descalzándose y una pregunta abierta: …“¿me vende usted sus palabras?”

(los cuentos impedidos son aquellos que no se piden …se esperan, y van dirigidos a aquellos que no albergan dudas de buenas noches)

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Entreabrí los ojos, rendida de nuevo al demonio de los sueños y antes de que la conciencia volviera a ser dueña y señora de mi ser, en ese estraño instante, cuando los límites se desdibujan y la noche exhala su último teatral suspiro, cuando no existen las sombras y una luz opaca se alarga en el último silencio...se hizo el verbo, y el verbo se hizo voz...y la voz temblor y el temblor fuiste tú.
el regalo se merece las palabras q no te vendí.
AnIan

15/3/07 19:05  
Anonymous Anónimo said...

te asemejas al arco iris..con bellos matices, egoista en el tiempo,cercano pero inalcanzable....y a pesar de ello esperamos el magico momento en que aparezca y nos ilumine la mirada o nos acaricie el alma.

24/5/07 19:46  

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